Metodología inclusiva

 Las metodologías inclusivas son estrategias pedagógicas que tienen como finalidad la inclusión de todo el alumnado en la comunidad educativa, especialmente de los grupos con más riesgo a la exclusión: migrantes recién llegados, alumnos de culturas o etnias diferentes a la predominante en un lugar, con orientaciones sexuales e identidades de género no normativas, o en situación de discapacidad, así como estudiantes con necesidades educativas especiales.

Son técnicas que potencian la igualdad y la cohesión social, que rompen con estereotipos, prejuicios y la marginalización, invisibilización o persecución. Desde UNIR detallamos los principales tipos de metodologías inclusivas para aplicar en el aula. Descubre cómo aplicarlos y sacarles partido en tus clases. 

Las comunidades de aprendizaje

Nunca ha tenido más sentido que las escuelas se conviertan en ese espacio de igualdad a la diversidad intercultural como hoy en día, con un mundo tan interconectado. Cada año los centros educativos y los barrios lindantes acogen a niños y familias de otras nacionalidades y culturas (un hecho que enriquece el aprendizaje de todos los miembros, pero que en otras ocasiones despierta rechazo, actitudes racistas o, incluso, casos de acoso). Estos conflictos ponen en riesgo la oportunidad de todas estas personas de gozar de una buena experiencia formativa, de desarrollar todos sus potenciales y, en definitiva, de su derecho a aprender.

Las comunidades de aprendizaje nacieron como una reacción a la exclusión de minorías. Son un proyecto educativo que busca la transformación y cohesión social, la educación intercultural en las escuelas, haciendo partícipe a todo el entorno del alumnado: el equipo docente, las familias, las escuelas de padres, las asociaciones y centros sociales del vecindario…

Estas comunidades diseñan y planifican programas de actuación dentro del horario lectivo o actividades de carácter extraescolar. Organizan tertulias literarias, video fórums, laboratorios de ciencias… Y sus actividades tienen como estrategia didáctica el aprendizaje dialógico y cooperativo y la creación de grupos interactivos. 

Las comunidades de aprendizaje nacieron como una reacción a la exclusión de minorías.

¿Qué son los grupos interactivos?

Es una técnica didáctica de inclusión educativa en la que se establecen pequeños grupos de trabajo bajo la supervisión y guía de un profesor, un alumno asignado o un voluntario de la comunidad de aprendizaje. Este moderador es el encargado de presentar el contenido en el que trabajar. Después, cada miembro debe exponer cómo ha sido el proceso, qué han aprendido e incluso lanzar una pregunta a debatir con el resto de compañeros.

Los contenidos, aunque están relacionados con las materias del currículum, buscan de manera transversal el aprendizaje de los valores sociales como la solidaridad, la equidad, la cohesión social y, en definitiva, aprender a aprender de los demás.

¿Cómo se componen estos equipos?

Al igual que expone el modelo de aprendizaje cooperativo, es fundamental que sean lo más heterogéneos posibles: alumnos con diferentes talentos y zonas de desarrollo, de diferente género, etnia o clase social. También es recomendable variar la formación de estos equipos, cada cierto tiempo, para fomentar la cohesión de grupo dentro de la clase y el cambio de roles. Así, además, al final de curso todos los alumnos habrán trabajado con todos.

Esta metodología conlleva grandes beneficios en el trabajo de aula, y no solo porque mejora la convivencia en una clase o promueve el enriquecimiento intercultural y de valores sociales, también porque favorece el aprendizaje de contenidos y la motivación por el estudio.

El aprendizaje dialógico

Esta metodología inclusiva se basa en la teoría de que las personas aprendemos más y mejor a través de las interacciones con los demás, a través de un diálogo entre iguales. Cuando nos comunicamos con otros —sin que haya una relación de poder— estos nuevos conocimientos se quedan en un plano intersubjetivo de nuestra conciencia para después, poco a poco, ir interiorizándolos como ideas propias.

El aprendizaje dialógico se basa en la teoría de que las personas aprendemos más y mejor a través de las interacciones con los demás.

El modelo de aprendizaje dialógico se sustenta en unos principios básicos:

– En el debate igualitario: todas las opiniones son igual de relevantes y respetables con independencia de la edad, etnia o género del transmisor.

– Educar en la igualdad en la diferencia: todos los alumnos con independencia de su origen o clase social, género u orientación sexual tienen los mismos derechos a aprender y a desarrollarse íntegramente.

– Para transformar la realidad social es importante fomentar primero un cambio en las personas y en sus experiencias vitales. La interacción es la fuente más importante para emprender ese cambio.

– Inteligencia cultural: nuestra inteligencia viene determinada por el aprendizaje académico, nuestras vivencias y el entorno cultural. La inclusión educativa promueve la equidad en oportunidades y derechos en los alumnos, pero también el respeto por la cultura de origen del alumno.

– Guiar al alumno a la reflexión y el diálogo tras la experiencia de aprendizaje.

– Fomentar la solidaridad entre los alumnos creando situaciones en los que unos puedan ayudar a otros durante las actividades escolares.

Aprendizaje a través de proyectos

Tanto en el ámbito de aula como de centro, la comunidad educativa plantea un tema acorde con la realidad del alumnado y de su entorno para trabajar a nivel global y de aula a lo largo del curso escolar. Por ejemplo, si el centro educativo o el barrio donde está situado aloja poblaciones de inmigrantes el objetivo de este proyecto puede ser el intercambio intercultural: conocer las diferentes culturas, costumbres, valores e idioma.